[La siguiente columna no pertenece a una alumna de la PUC, sino que fue escrita por una tesista de la Universidad Católica del Norte. Sin embargo, como equipo editorial, consideramos que es importante darle un espacio a esta columna, pues refleja una visión del acontecer nacional que no deja de ser válida que alude de manera directa a la PUC]
Para comenzar, debo admitir que el movimiento estudiantil no me convence. Son demasiados puntos los que personalmente me molestan y no me permiten unirme a él. Pero lo que quiero discutir en esta instancia no es el participar o no en el movimiento, sino qué es lo que pasa con las minorías.
La Pontificia Universidad Católica de Chile es una minoría, en el sentido de que es una de las pocas universidades que sigue de manera regular su año académico. Por ello, se encuentra con todo el programa académico prácticamente al día, mientras que, muy por el contrario, muchas universidades -incluyendo aquélla de la cual soy alumna, la Universidad Católica del Norte- pertenecen, en este sentido, a la gran mayoría. Pero, desde otra perspectiva, mi universidad también pasó a ser una minoría: es una de las pocas que aún se niega a buscar soluciones para cerrar el primer semestre. Dentro de esa minoría se encuentra mi departamento, que por no albergar a más de 100 estudiantes, también nos convierte en una minoría. De esos alumnos, existe un porcentaje minoritario, dentro del cual me incluyo, que sí quiere cerrar nuestro semestre.
Lo de ser minoría, para mí, no es nada nuevo. Provengo de un escenario particular, el cual no ha estado exento de las diferencias que produce ser una minoría. Pero hay algo que me enseñaron mis padres que no se me ha olvidado nunca: si sabes que tienes razón, entonces “haz un punto”. Dentro de mi realidad, he tratado de exponer ese punto a mis compañeros. Los he tratado con lógica y lo único que he logrado es que no me presten atención, por lo cual a continuación me gustaría exponer algunos puntos, que la mayoría no está tomando en cuenta: la mayoría dice que, si cerramos el semestre de manera repentina y siguiendo los reglamentos de la Universidad, estamos perdiendo calidad. A ellos, sin embargo, les digo que la calidad ya la perdimos. Hemos estado en movilizaciones por tanto tiempo, que recuperar el semestre de manera regular ya no se puede. Los tiempos de estudio y los programas deberán ser acortados. A los que dicen que no todos aprendemos a la misma velocidad, les respondo que no aprendemos en las 5 horas que asistimos a la clase: aprendemos cuando, con dedicación, tomamos nuestros apuntes y libros para estudiar, ejercitar y repasar. A los que aducen que estamos cediendo al gobierno, les recuerdo que todo es una balanza, en la que se puede ceder, pero si el movimiento continua ¿qué estamos cediendo? Otros dicen que hay que hacer todo lo posible para lograr la educación gratuita para todos, pero me encuentro pensando que eso no es correcto: no todos necesitan que la educación sea gratuita ¿Por qué dar gratis algo a alguien que si puede pagarlo? Algunos argumentan que la calidad es una de las prioridades a buscar. Si eso es verdad, entonces, ¿por qué nos unimos a un consejo de profesores que se resisten a ser evaluados? Además, hay quienes mencionan que no van a pagar sus mensualidades hasta que esté todo listo, pero ¿ha pensado alguno de ellos que la universidad sigue con cuentas por pagar y que puede declararse en quiebra?
Puede ser que la mayoría de ustedes no apoyen lo que digo, pero como miembro de una familia de padres separados, que tiene cuatro hermanos, uno de ellos en la Universidad y los otros en el colegio -gracias al gran esfuerzo de un hombre que tiene hasta tres trabajos-, les digo que salir adelante y lograr excelencia es posible. Mi formación fue técnico- profesional, no tuve un puntaje impresionante en la PSU, no tenía una buena base para la carrera que elegí y me cuesta estudiar, pero nada de eso me detuvo a ser considerada como buena alumna y a tener un registro de desaprobación de un ramo por año.
Eso de ser minoría, la mayoría de las veces, va a significar que te dejen de lado. Pero, algunas veces, va a significar que tu punto debería ser escuchado con atención, no porque tengas la razón, sino porque es una visión que debe ser atendida y analizada.
No dejemos de lado a esas minorías, como tampoco a ustedes, que conforman la PUC, pues son un ejemplo de seguir adelante, aún teniendo a un país entero haciendo lo contrario.
Alba Cortés
Estudiante de la Universidad Católica del Norte
Alba Cortés
Estudiante de la Universidad Católica del Norte
Mi querida Alba gran forma de escribir y expresar varios puntos de una manera estructurada.
ResponderEliminarComparto totalmente el “haz un punto”, pero ¿cuál es el punto real aquí? ... creo que antes de sembrar preguntas hay que decir porqué se quieren las cosas.
Cuando existe (y ha existido) cualquier tipo de movilización son los tesistas (y/o los que empezaran su tesis próximamente) quienes con una gran camiseta de "tesistas" y con un estandarte de ser "los antiguos", no apoyan ninguna idea de movilización, por miedo de extender su calendario académico.
Y empiezan (comúnmente) a decir "esto es lo de todos los años", "no se consigue nada", "están mal", "pero si la última vez salimos en enero y no se consiguió nada"...
El punto no es si están o no a favor de las llamadas "movilizaciones". Porque no están a favor de ella esta “minoría” que representa a los alumnos de "últimos años" de cada carrera.
El punto es ¿por qué no están a favor?. No están a favor porque lo buscado sea malo, hasta reconocen que es bueno, en su esencia, y se amparan en la frase "la forma es la que no apoyo".
Transparentemos las cosas, estar a favor o encontrar es tan legitimo como valido, pero siempre diciendo el real fondo de porque una y la otra, en otras palabras la verdad.
Digan que se esta en contra porque no se pondrán titular este año, digamos que es porque no pueden seguir con sus tesis normalmente, digan que quieren dar sus exámenes de grado este año, digan simplemente que no quiero pagar más de lo que tenia presupuestado, pero por favor digan y reconozcan que los motivos reales son personales y que sólo le afecta a quien lo esta diciendo, aunque se quede de egoístas, de personalistas, pero que no se escuden los disidentes en “la forma del movimiento" cuando la verdad es que se quieren salvar su pellejo y sus billetera.
Esto último es tan legitimo, ya que muchas veces cuesta bastante poder pagar la Universidad, pero díganlo, no traten de escudar las reales razones en un mar de puntos disidentes y buscando la espina y la falencia de los dirigentes, reconozcanlo.
A esta "minoría" que muchas veces no les importar el cambio que se pueda generar en favor de la "Mayoría", por favor digan el ¿por qué? de su punto.
Dario Espinoza
Titulado de Lic. en Química UCN y ex-dirigente UCN
Dario,
ResponderEliminarmi punto esta en mi penúltimo parrafo, en el que deberian escucharnos y tomar nuestra opinión también ya que en la mayoría de los plenos realizados nuestra opinión no se cuenta.
Además creo que lo mencionado sobre los tesistas no tiene razón de ser, puesto que en la UCN se siguen realizando examenes de grado, como referencia yo tengo mi comisión y una fecha pre aprobada, por lo que se demuestra que los de último año y los tesistas tienen otras razones como las ya expuestas por las cuales no se unen al movimiento, inclusive di mis razones por las cuales no me incluyo en el movimiento.
La equidad es más justa que la iguadad y hasta que el movimiento no considere un cambio asi de realista es díficil que la minoría se una a la mayoría.
Alba.
ResponderEliminarSiempre viendo desde tu realidad y tratando de extrapolarla, marcando como si fuera dueña de la única verdad.
Nunca invalide tu disidencia que ha sido histórica pero los "argumentos" que tenias y ahora bosquejas son deferentes a medida que ha pasado el tiempo, van en aumento y es obvio, estas en desacuerdo, pero el real fondo de porque has estado en desacuerdo, siempre ha sido el "a mi me perjudica" de lo cual no creo que sea malo, pero es mejor transparentarlo.
Dario Espinoza
Dario,
ResponderEliminarQue pena que no hallas dejado a un lado tus prejuicios para leer, pero bueno, cada uno lee como quiere.
Dario,
ResponderEliminar¿Por qué los que apoyan las movilizaciones insisten en que la única razón que tiene uno para estar en contra es el miedo a perder clases? ¿qué pasa con, como dice Alba, el hecho de que las movilizaciones para mejorar la educación, y para conseguir la misma de forma gratuita sean apoyadas por profesores que se niegan a evaluarse, y que hace un par de años se movilizaron buscando recibir un bono en dinero? ¿Qué pasa con algunos que no estamos de acuerdo con centralizar la educación en el ministerio? ¿Qué pasa con los que consideramos que, realizar un brusco cambio en la estructura educacional en todo el país al mismo tiempo, puede ser algo apresurado y poco sabio?
Saludos
Germán Molina