martes, 30 de octubre de 2012

Cambio de dirección

Ahora estamos en www.elpuclitico.cl

viernes, 14 de octubre de 2011

Unas elecciones para no olvidar

Nos acercamos a las elecciones de federación más importantes del último tiempo. Estas elecciones, sumergidas en la nebulosa del conflicto estudiantil, tomarán el pulso de lo que será la política universitaria, al menos de los próximos 2 años (hasta las elecciones presidenciales). En efecto, el influjo del movimiento estudiantil marcará uno de los procesos eleccionarios más feroces. Hoy más que nunca el estudiantado se hará parte de manera efectiva de la conducción de la Federación de Estudiantes.

El NAU (Nueva Acción Universitaria) llega a esta carrera con la primera posición. Por un lado, la figura aún popular de Giorgio Jackson los deja varios pasos por delante de los otros movimientos. Por otro lado, la ausencia de la Opción Independiente (Oi) les entregaría al menos un 10% de votos con los que el año pasado no contaban. No obstante, la ausencia de la Oi puede ser un arma de doble filo: el NAU ha transitado progresivamente hacia la izquierda mientras que los votantes Oi orbitan más bien en torno al centro y a posiciones más moderadas. La capitalización de los votos Oi por parte del NAU dependerá, en gran medida, de qué tanto estén dispuestos a transitar hacia la izquierda. Asimismo, la imagen que los otros movimientos estampen sobre el NAU –Crecer los alejará de la izquierda, mientras que Solidaridad y el Movimiento Gremial (MG) los hará parecer como radicalizados y lejanos del centro—influirá en si son finalmente capaces de hacerse con los votos pro-Oi. Por lo pronto, la lista del NAU conjuga buenas cartas en territorios claves como Lo Contador, Educación y Humanidades pero es débil en cuanto a Derecho y el bloque científico.

Desde la otra esquina, la derecha universitaria también enfrentará una elección decidora. Al igual que el NAU, parte del voto Oi (aunque con un máximo del 10%) podrá repartirse entre gremiales y solidarios con una leve tendencia más hacia los naranjos que hacia los rojos. 

A primera vista, las precampañas indican que la derecha lo está apostando todo por el centro político. Mientras Solidaridad ha echado mano de conceptos que hasta el año pasado eran propios de la Oi como el rechazo al eje izquierda-derecha y la política binaria, el gremialismo ha apostado por figuras que marcan un guiño evidente hacia posiciones más liberales de lo que el movimiento más antiguo de la UC había acostumbrado, aunque sin dejar de lado sus nexos con el electorado más conservador y cercano a la pastoral.

Solidaridad, por su parte, llega a las elecciones con una muy potente lista, pero con ciertas dudas en su aproximación a Ingeniería Civil (25% de los votos totales de toda la elección). En efecto, es precisamente esta carrera la que podría definir si Solidaridad pasa o no a segunda vuelta y tal definición dependerá principalmente de la fórmula que conjuguen Vanessa Muñoz (candidata a la 2da vicepresidencia) y el respectivo candidato a consejero territorial.

El Movimiento Gremial se asoma con una lista más bien de liderazgos internos y otras figuras "estratégicas" que les permiten permear desde la pastoral hasta los sectores liberales (¿será el génesis de un gremial-liberalismo?). Si bien no tienen líderes que hayan marcado una oposición mediática al NAU durante este año en el Consejo de Presidentes, la ausencia de la Oi y la debilidad de Solidaridad en Ingeniería transforman a Juan José Silva (presidente de Lista 1a) en un candidato excepcional para  alcanzar la FEUC 2012. De esta manera, el nuevo piso histórico del MG no debería bajar el 25%. Gremiales y Solidarios definirán quién pasa a segunda vuelta en el grueso de los votos de Ingeniería Civil, y bajo este criterio, la Lista 1a tiene una leve ventaja sobre Solidaridad. No obstante, esta podría tener resultados muy favorables en Derecho (por Correa y Stewart), Agronomía (por Valdivieso) y un mejor planteamiento en Humanidades frente al MG que contrarresten la ofensiva gremial en Ingeniería Civil.

La plataforma de estudiantes de izquierda –Crecer—llega en una muy buena posición a estas elecciones FEUC. Sin lugar a duda, son la izquierda más organizada e institucionalizada de los últimos años. Llegan con candidatos potentes (Simón Ramírez, el actual líder, quien ha sido presidente de su centro de estudiantes y consejero de su territorio) y podrían superar sin mayores problemas la barrera del 15% (lo mismo que sacó Solidaridad el año pasado). La izquierda tiene una oportunidad histórica de pasar de un movimiento "testimonial" a uno electoralmente competitivo que le provoque un dolor de cabeza al NAU en territorios claves, especialmente en "las dos tomas": Oriente y Humanidades.

No obstante, el NAU sigue siendo un movimiento irreductible y la carta de Titelman (candidato a presidente) con todo su arrastre en Humanidades como ex presidente del CEL y delegado CONFECH, no le dará espacio al Crecer para pasar a segunda vuelta. Aún así, Crecer saldrá a jugar en una situación que les acomoda: pondrán en duda quiénes son los más adecuados para darle coherencia al movimiento estudiantil en la UC: ¿ellos o el NAU?

Finalmente, Caridad volvería a irrumpir este año y es especialmente difícil predecir cuál será el efecto. Por un lado, parecería que la política universitaria de este año está más "densa" y menos propensa a bromas, situación que acabaría con quitarle apoyo a la lista que se ríe a las otras listas. Por otro lado, quizás el hastío de la politización de este año y la constante sátira de los otros movimientos por parte de ChicoPUC podría potenciar a Caridad para alcanzar al menos el 7% del año pasado. 

Tal como mencionó Jorge Ramírez en El Puclítico hace algunas semanas, la brecha entre la política nacional y la política chica –nuestra política universitaria—está en franca disminución. Pero no solo eso, estas elecciones FEUC no solo tendrán el obvio efecto a nivel de universidad sino que también podrían dar un golpe de timón respecto a la participación de la UC en el CONFECH y por consiguiente en el movimiento estudiantil. Sin lugar a duda, el resultado de estas elecciones les interesarán a muchos más que los estudiantes UC, y con justa razón, pues sus efectos se sentirán mucho más allá que en los cinco campus. 

¡No nos restemos de estas elecciones históricas!

Equipo El PUClítico

lunes, 10 de octubre de 2011

Somos diferentes ¿y qué?

 por Emilia Ríos

Un grupo de estudiantes cualquiera se reúne afuera de una de las tantas bibliotecas del Campus San Joaquín. Se alistan para almorzar y tener una conversación de estudiantes UC cualquiera. Una conversación que busca, entre otras cosas, dilucidar la forma en que un movimiento por la diversidad sexual puede vivir y sobrevivir en la universidad chilena del Papa Benedicto XVI. 




Queer UC nace a comienzos de este año, entre bromas de amigos. Se preguntaban qué pasaría si en la universidad existiera un grupo dedicado a poner en el tapete las diversas formas de vivir la sexualidad y sus implicancias. Es entonces cuando el estudiante de College Daniel Corvalán crea un perfil en Facebook, sin tener equipo ni nada en concreto. Antes de tener tiempo de pensar en algo, ya había gente que lo contactaba para sumarse a la iniciativa. Se convocaron a distintas reuniones abiertas para que se sumara quien quisiera. Ahora, son un grupo de 35 personas que, en conjunto, trabajan en la definición de Queer, sus demandas y estrategias.


Por qué en la Católica


"El homosexual de esta universidad está demasiado heterosexualizado. Se oculta mucho. No digo que eso esté mal, pero es la única manera en que el tema entra acá", cuenta Daniel Corvalán. Es por eso que el movimiento busca ante todo la aceptación de otros modos de construir la identidad, aunque no coincidan necesariamente con los patrones establecidos de lo femenino y lo masculino. Si bien no sienten que exista una discriminación constante, sí piensan que esto permanecerá así solo mientras se calce en el estándar de lo "normal".


Hasta qué punto la Universidad puede reaccionar ante demostraciones que vayan abiertamente contra su moral cristiana es un misterio para el grupo. Por el momento, han desarrollado una estrategia más bien conciliatoria. Organizaron un par de foros, han creado equipos de apoyo para quienes necesiten orientación y han intentado distintas formas de hacerse visibles. Sin embargo, actos tan simples como pegar carteles con el nombre de Queer parecen generar escozor. "Yo recuperé un cartel de la basura. El de College lo sacaron y el de Ingeniería está intacto".


La discriminación parece estar latente, aunque no se vive de la misma manera en todas las facultades. En Derecho, de acuerdo a la experiencia de los participantes, es donde este tipo de actitudes parecen estar más institucionalizadas y donde el tema es más tabú. Por eso es que el grupo está buscando nuevas actividades de visibilización, que no atraigan solamente a quienes ya están interesados en el tema.


Queer UC se mueve en una línea delgada. Necesitan mostrarse y, al mismo tiempo, no quieren "normalizarse". No quieren ofender, pero su propia esencia basta para producir molestia entre algunos. Hacer una besatón, organizar ciclos de cine homosexual y candidatearse a la FEUC son ideas que dan vueltas por el grupo y que están esperando concretarse.


Por ahora, parece lejano el sueño de estar completamente incorporados en la institucionalidad universitaria, pero no tienen problemas con trabajar despacio. Lo que está claro es que Queer UC está lejos de mantenerse donde ha permanecido hasta el momento: "Nosotros debemos organizarnos por lo que nos importa. Y a la Universidad también debería importarle, porque somos parte de ella, como cualquier otro grupo social". Las reacciones y efectos están todavía por verse.

viernes, 7 de octubre de 2011

INVITACIÓN: CINE JUNTO AL CERRO



Fecha: MIércoles 12 a las 7:30 hrs
Lugar: Escalera al lado del FADEU, Lo contador.

domingo, 2 de octubre de 2011

Esto de ser minoría

[La siguiente columna no pertenece a una alumna de la PUC, sino que fue escrita por una tesista de la Universidad Católica del Norte. Sin embargo, como equipo editorial, consideramos que es importante darle un espacio a esta columna, pues refleja una visión del acontecer nacional que no deja de ser válida que alude de manera directa a la PUC]



Para comenzar, debo admitir que el movimiento estudiantil no me convence. Son demasiados puntos los que personalmente me molestan y no me permiten unirme a él. Pero lo que quiero discutir en esta instancia no es el participar o no en el movimiento, sino qué es lo que pasa con las minorías.

La Pontificia Universidad Católica de Chile es una minoría, en el sentido de que es una de las pocas universidades que sigue de manera regular su año académico. Por ello, se encuentra con todo el programa académico prácticamente al día, mientras que, muy por el contrario, muchas universidades -incluyendo aquélla de la cual soy alumna, la Universidad Católica del Norte- pertenecen, en este sentido, a la gran mayoría. Pero, desde otra perspectiva, mi universidad también pasó a ser una minoría: es una de las pocas que aún se niega a buscar soluciones para cerrar el primer semestre. Dentro de esa minoría se encuentra mi departamento, que por no albergar a más de 100 estudiantes, también nos convierte en una minoría. De esos alumnos, existe un porcentaje minoritario, dentro del cual me incluyo, que sí quiere cerrar nuestro semestre.

Lo de ser minoría, para mí, no es nada nuevo. Provengo de un escenario particular, el cual no ha estado exento de las diferencias que produce ser una minoría. Pero hay algo que me enseñaron mis padres que no se me ha olvidado nunca: si sabes que tienes razón, entonces “haz un punto”. Dentro de mi realidad, he tratado de exponer ese punto a mis compañeros. Los he tratado con lógica y lo único que he logrado es que no me presten atención, por lo cual a continuación me gustaría exponer algunos puntos, que la mayoría no está tomando en cuenta: la mayoría dice que, si cerramos el semestre de manera repentina y siguiendo los reglamentos de la Universidad, estamos perdiendo calidad. A ellos, sin embargo, les digo que la calidad ya la perdimos. Hemos estado en movilizaciones por tanto tiempo, que recuperar el semestre de manera regular ya no se puede. Los tiempos de estudio y los programas deberán ser acortados. A los que dicen que no todos aprendemos a la misma velocidad, les respondo que no aprendemos en las 5 horas que asistimos a la clase: aprendemos cuando, con dedicación, tomamos nuestros apuntes y libros para estudiar, ejercitar y repasar. A los que aducen que estamos cediendo al gobierno, les recuerdo que todo es una balanza, en la que se puede ceder, pero si el movimiento continua ¿qué estamos cediendo? Otros dicen que hay que hacer todo lo posible para lograr la educación gratuita para todos, pero me encuentro pensando que eso no es correcto: no todos necesitan que la educación sea gratuita ¿Por qué dar gratis algo a alguien que si puede pagarlo? Algunos argumentan que la calidad es una de las prioridades a buscar. Si eso es verdad, entonces, ¿por qué nos unimos a un consejo de profesores que se resisten a ser evaluados? Además, hay quienes mencionan que no van a pagar sus mensualidades hasta que esté todo listo, pero ¿ha pensado alguno de ellos que la universidad sigue con cuentas por pagar y que puede declararse en quiebra?

Puede ser que la mayoría de ustedes no apoyen lo que digo, pero como miembro de una familia de padres separados, que tiene cuatro hermanos, uno de ellos en la Universidad y los otros en el colegio -gracias al gran esfuerzo de un hombre que tiene hasta tres trabajos-, les digo que salir adelante y lograr excelencia es posible. Mi formación fue técnico- profesional, no tuve un puntaje impresionante en la PSU, no tenía una buena base para la carrera que elegí y me cuesta estudiar, pero nada de eso me detuvo a ser considerada como buena alumna y a tener un registro de desaprobación de un ramo por año.

Eso de ser minoría, la mayoría de las veces, va a significar que te dejen de lado. Pero, algunas veces, va a significar que tu punto debería ser escuchado con atención, no porque tengas la razón, sino porque es una visión que debe ser atendida y analizada.

No dejemos de lado a esas minorías, como tampoco a ustedes, que conforman la PUC, pues son un ejemplo de seguir adelante, aún teniendo a un país entero haciendo lo contrario.




Alba Cortés
Estudiante de la Universidad Católica del Norte

Invitación: Celebración del Día Mundial del Hábitat

martes, 27 de septiembre de 2011

La verdad de la toma de Oriente

La toma de Oriente provocó un golpe a la comunidad universitaria y más aún a los que miraban a la PUC como indiferente.

¿Toma en Oriente, PUC presente?

por Áxel Troncoso

Los carteles que anunciaban que Oriente estaba en Toma ya no están. Las puertas cerradas y los registros de los estudiantes que venían apoyar, desaparecieron. Las votaciones para reevaluar la toma, ya no se realizan. Luego de 21 días de estar “enclaustrados” los alumnos de Música, Teatro, Artes y Estética llegaron a la decisión de dar un paso más allá en las movilizaciones y comenzar una nueva etapa de trabajo con todos y para todos.



“Dentro de la Universidad, nosotros veíamos que no había mucho movimiento estudiantil y se tomó la decisión entre los estudiantes de las carreras de hacer la acción de tomarse el campus y mover a una gran mayoría que no estaba opinando”, afirma Jorge Ruíz, vocero de la toma, respecto al objetivo de tomarse Oriente. Y así fue, el campus de nuestra universidad ubicado en Jaime Guzmán 3300 (para otros Avenida De Las Artes) amanecía tomado el martes 9 de agosto, provocando un golpe mediático; un remezón no sólo para los estudiantes UC, sino para todos que pensaban que la PUC era indiferente con todo lo que estaba ocurriendo en el ámbito educacional. “La católica está con el movimiento estudiantil. Para con las otras universidades, que están tomadas desde hace un tiempo”, agrega Jorge.

Una vez ocupado el campus, el día martes, se realizó una votación triestamental que ratificó la toma con un 70% de adhesión. Y al día siguiente entre directivos, profesores, académicos y funcionarios definían las actividades a realizar, haciendo latente que la toma no se bajaría todavía. Poco a poco, los estudiantes comenzaban hacerse presente en el campus para participar de lo que ocurría y ocurriría en Oriente. “Los primeros días llegaron más de 100 personas en las noches, y luego fue bajando y llegábamos hacer 70, pero los fines de semanas éramos muy pocos que nos quedábamos sosteniendo la toma”, detalla Jorge.

La vida en Oriente llevaba un ritmo distinto al de los días académicos y para eso, se organizaron en distintas comisiones que abarcaban un ámbito importante para que en los días de estadía en el campus no quedase nada al azar. “Nos separamos en comisiones de distintos ámbitos: internos, externos, políticos, movimiento, seguridad, alimentación, prensa, entre otros”, comenta Ruíz. Cada una de estas organizaciones debía cumplir con la labor encomendada para que todo funcionara de la mejor manera posible. La alimentación era todo un tema, sin duda alguna, el estar en la toma significaba dejar el rico almuerzo hogareño y adaptarse a lo que cocinara la comisión de alimentación. “Comíamos principalmente fideos”, (riendo) dice Ruíz. “Y a veces nos llegaban buenos chefs que cocinaban legumbres o arroz”, agrega.

Pero la toma no sólo se quedó en Oriente UC, con las capacidades artísticas en las distintas áreas, los alumnos de las distintas carreras también se “tomaron” las micros y las calles para poder realizar distintas actividades. “Hacíamos show en los semáforos, nos subíamos a las micros a cantar y explicábamos que estábamos en toma y con los recursos que lográbamos los utilizábamos en útiles de aseo para limpiar los baños y mantener como corresponde el campus”, afirma el vocero.

Durante la noche y luego de haber finalizado la mayoría de las actividades culturales y asambleas, era la hora del descanso. En el horario nocturno, era común ver que gente de otros campus llegasen a compartir con los de Oriente, claro que antes los que querían ingresar debían registrarse para no perder el conteo de personas que estaba o no en la toma. “Había mucha gente que iba y venía de otros campus que se quedaba por una sola noche, al ingresar ellos nos mostraban su credencial universitaria y se anotaban”, cuenta Ruiz acerca de los registros que se llevaban. Por lo mismo, las salas donde se dormían fueron definidas estratégicamente para mantener el orden y la seguridad. “Nosotros dormimos en la sala 9 y 8 de teatro y en la sala Confucio. Decidimos dormir en esos tres lugares distintos por las guardias de la noche, debido a que había mucha gente de otros campus que iban y venían entonces habían salas que eran sólo de tránsito”, agrega.

Pero desde los primeros momentos, supuestamente, la toma corrió peligro. Luego de que se diera a conocer que el rector quitaba la garantía acordada con Jorge. La cuenta de twitter @Bloque_Oriente comenzó una campaña de difusión en la que se llamaba a la comunidad UC a apoyar a los alumnos de Oriente y anunciaba el “desalojo inminente”. “Conseguí la garantía con el rector que consistía en que no ingresaría carabineros al campus (Oriente) y le tenía que dar una respuesta al otro día en la noche acerca de que si se bajaría o no la toma. Yo le digo al rector que vamos a respetar la votación triestamental realizada que sucedió y él tomó esa respuesta como un NO y dijo que la garantía ya no corría”, explica Jorge. Y Desde ese entonces, los alumnos tenían el constante miedo de que pudiese ocurrir definitivamente el desalojo, pero siguieron desarrollando sus actividades informativas y culturales sin ningún problema. Así, comenzaba a tomar forma la toma pacífica del campus Oriente UC. Por su parte, el rector en varios foros organizados en nuestra universidad, aclaraba que no consideraba la toma como pacífica porque el cerrar las puertas con candado a los estudiantes, funcionarios y académicos era un acto de violencia.

Y así comenzaron a pasar los días, la PUC también comenzó a parar poco a poco y logró tener 26 de 33 carreras en paro prolongado. No se sabe si la razón de que nuestra universidad comenzará a manifestarse tenía relación con el gran golpe que había dado Oriente. Mientras tanto, allí se realizaban distintas actividades: Foros, Charlas, Cine, entre otras actividades, que eran tanto para los estudiantes como para los vecinos cercanos al campus. Todos los días aparecía un cronograma con todas las actividades en el grupo en Facebook Bloque Oriente Movilizado que quedaba a disposición de todos.

¿Y los que no querían la toma? Claramente, también habían alumnos que no estuvieron de acuerdo con la medida que se tomó y a la vez hicieron notar su malestar, pero no con tanta fuerza según las declaraciones de Jorge “Hubieron un par de mails que llegaron de manera anónima, pero muy muy solos. Nadie se hizo cargo y había una mínima gente que lo decía, pero nunca se organizaron”, aclara Ruiz.

Varias reevaluaciones hicieron que se mantuviera la toma con altos porcentajes de aprobación e incluso se rechazará en una oportunidad la propuesta de rectoría que consideraba un trabajo triestamental (ocurrida el 13 y el 12 de agosto, obteniendo un 66% de aprobación la toma). Pero el fin de semana de 27 y 28 de agosto las votaciones dictaminaron algo distinto: Los alumnos de las distintas carreras de Oriente decidieron terminar con la toma (237 votos a favor y 157 en contra) y dar un paso más allá en la movilizaciones luego de 21 días así.

El 29 de agosto los alumnos de Oriente entregaban en el campus, pero faltaba algo: la presencia del rector. “Él me dijo que tenía una reunión Lunes y Martes (haciendo alusión al 29 de agosto) con decanos de otras universidades internacionales y entonces que no podía asistir”, comenta Ruiz. La ausencia del rector no fue recibida con agrado entre los estudiantes de Oriente, ya que es esperaban que él fuese quién recibiese el campus “Uf!, fue difícil porque la gente esperaba que viniese él a recibir campus Oriente, como autoridad máxima de la universidad y se suponía que iba venir él, pero no quiso venir o más bien no pudo venir, pero está bien, esa fue la decisión de cúpula de poder de la universidad”, comenta Jorge.

Una vez entregado el campus, poco a poco retomó la normalidad. Sus estudiantes preocupados por rendir el primer semestre, pero también pendientes del trabajo triestamental que consistía en mesas de trabajos unificadas donde compartían alumnos y profesores respecto a la situación conflictiva que vive nuestro país en ámbito de educación. “Tenemos el trato de parar media jornada a la semana y tenemos derecho a asistir a todas las movilizaciones y eso un trato conversado”, dice Ruiz.

Con recalendarización anual en mano, los estudiantes de Artes, Teatro, Música y Estética seguirán movilizados, pero ahora con clases para no tener problemas con notas y aseguran que seguirán trabajando para generar propuestas concretas que serán entregadas en documentos con el objetivo de solucionar el conflicto estudiantil y también ver lo qué está ocurriendo en nuestra universidad. Las movilizaciones continuarán en Oriente al igual que el país que lleva 4 meses mostrando su descontento. Esto demuestra que también llegó el malestar a una universidad emblemática, llamada generalmente como Indiferente.