martes, 27 de septiembre de 2011

La verdad de la toma de Oriente

La toma de Oriente provocó un golpe a la comunidad universitaria y más aún a los que miraban a la PUC como indiferente.

¿Toma en Oriente, PUC presente?

por Áxel Troncoso

Los carteles que anunciaban que Oriente estaba en Toma ya no están. Las puertas cerradas y los registros de los estudiantes que venían apoyar, desaparecieron. Las votaciones para reevaluar la toma, ya no se realizan. Luego de 21 días de estar “enclaustrados” los alumnos de Música, Teatro, Artes y Estética llegaron a la decisión de dar un paso más allá en las movilizaciones y comenzar una nueva etapa de trabajo con todos y para todos.



“Dentro de la Universidad, nosotros veíamos que no había mucho movimiento estudiantil y se tomó la decisión entre los estudiantes de las carreras de hacer la acción de tomarse el campus y mover a una gran mayoría que no estaba opinando”, afirma Jorge Ruíz, vocero de la toma, respecto al objetivo de tomarse Oriente. Y así fue, el campus de nuestra universidad ubicado en Jaime Guzmán 3300 (para otros Avenida De Las Artes) amanecía tomado el martes 9 de agosto, provocando un golpe mediático; un remezón no sólo para los estudiantes UC, sino para todos que pensaban que la PUC era indiferente con todo lo que estaba ocurriendo en el ámbito educacional. “La católica está con el movimiento estudiantil. Para con las otras universidades, que están tomadas desde hace un tiempo”, agrega Jorge.

Una vez ocupado el campus, el día martes, se realizó una votación triestamental que ratificó la toma con un 70% de adhesión. Y al día siguiente entre directivos, profesores, académicos y funcionarios definían las actividades a realizar, haciendo latente que la toma no se bajaría todavía. Poco a poco, los estudiantes comenzaban hacerse presente en el campus para participar de lo que ocurría y ocurriría en Oriente. “Los primeros días llegaron más de 100 personas en las noches, y luego fue bajando y llegábamos hacer 70, pero los fines de semanas éramos muy pocos que nos quedábamos sosteniendo la toma”, detalla Jorge.

La vida en Oriente llevaba un ritmo distinto al de los días académicos y para eso, se organizaron en distintas comisiones que abarcaban un ámbito importante para que en los días de estadía en el campus no quedase nada al azar. “Nos separamos en comisiones de distintos ámbitos: internos, externos, políticos, movimiento, seguridad, alimentación, prensa, entre otros”, comenta Ruíz. Cada una de estas organizaciones debía cumplir con la labor encomendada para que todo funcionara de la mejor manera posible. La alimentación era todo un tema, sin duda alguna, el estar en la toma significaba dejar el rico almuerzo hogareño y adaptarse a lo que cocinara la comisión de alimentación. “Comíamos principalmente fideos”, (riendo) dice Ruíz. “Y a veces nos llegaban buenos chefs que cocinaban legumbres o arroz”, agrega.

Pero la toma no sólo se quedó en Oriente UC, con las capacidades artísticas en las distintas áreas, los alumnos de las distintas carreras también se “tomaron” las micros y las calles para poder realizar distintas actividades. “Hacíamos show en los semáforos, nos subíamos a las micros a cantar y explicábamos que estábamos en toma y con los recursos que lográbamos los utilizábamos en útiles de aseo para limpiar los baños y mantener como corresponde el campus”, afirma el vocero.

Durante la noche y luego de haber finalizado la mayoría de las actividades culturales y asambleas, era la hora del descanso. En el horario nocturno, era común ver que gente de otros campus llegasen a compartir con los de Oriente, claro que antes los que querían ingresar debían registrarse para no perder el conteo de personas que estaba o no en la toma. “Había mucha gente que iba y venía de otros campus que se quedaba por una sola noche, al ingresar ellos nos mostraban su credencial universitaria y se anotaban”, cuenta Ruiz acerca de los registros que se llevaban. Por lo mismo, las salas donde se dormían fueron definidas estratégicamente para mantener el orden y la seguridad. “Nosotros dormimos en la sala 9 y 8 de teatro y en la sala Confucio. Decidimos dormir en esos tres lugares distintos por las guardias de la noche, debido a que había mucha gente de otros campus que iban y venían entonces habían salas que eran sólo de tránsito”, agrega.

Pero desde los primeros momentos, supuestamente, la toma corrió peligro. Luego de que se diera a conocer que el rector quitaba la garantía acordada con Jorge. La cuenta de twitter @Bloque_Oriente comenzó una campaña de difusión en la que se llamaba a la comunidad UC a apoyar a los alumnos de Oriente y anunciaba el “desalojo inminente”. “Conseguí la garantía con el rector que consistía en que no ingresaría carabineros al campus (Oriente) y le tenía que dar una respuesta al otro día en la noche acerca de que si se bajaría o no la toma. Yo le digo al rector que vamos a respetar la votación triestamental realizada que sucedió y él tomó esa respuesta como un NO y dijo que la garantía ya no corría”, explica Jorge. Y Desde ese entonces, los alumnos tenían el constante miedo de que pudiese ocurrir definitivamente el desalojo, pero siguieron desarrollando sus actividades informativas y culturales sin ningún problema. Así, comenzaba a tomar forma la toma pacífica del campus Oriente UC. Por su parte, el rector en varios foros organizados en nuestra universidad, aclaraba que no consideraba la toma como pacífica porque el cerrar las puertas con candado a los estudiantes, funcionarios y académicos era un acto de violencia.

Y así comenzaron a pasar los días, la PUC también comenzó a parar poco a poco y logró tener 26 de 33 carreras en paro prolongado. No se sabe si la razón de que nuestra universidad comenzará a manifestarse tenía relación con el gran golpe que había dado Oriente. Mientras tanto, allí se realizaban distintas actividades: Foros, Charlas, Cine, entre otras actividades, que eran tanto para los estudiantes como para los vecinos cercanos al campus. Todos los días aparecía un cronograma con todas las actividades en el grupo en Facebook Bloque Oriente Movilizado que quedaba a disposición de todos.

¿Y los que no querían la toma? Claramente, también habían alumnos que no estuvieron de acuerdo con la medida que se tomó y a la vez hicieron notar su malestar, pero no con tanta fuerza según las declaraciones de Jorge “Hubieron un par de mails que llegaron de manera anónima, pero muy muy solos. Nadie se hizo cargo y había una mínima gente que lo decía, pero nunca se organizaron”, aclara Ruiz.

Varias reevaluaciones hicieron que se mantuviera la toma con altos porcentajes de aprobación e incluso se rechazará en una oportunidad la propuesta de rectoría que consideraba un trabajo triestamental (ocurrida el 13 y el 12 de agosto, obteniendo un 66% de aprobación la toma). Pero el fin de semana de 27 y 28 de agosto las votaciones dictaminaron algo distinto: Los alumnos de las distintas carreras de Oriente decidieron terminar con la toma (237 votos a favor y 157 en contra) y dar un paso más allá en la movilizaciones luego de 21 días así.

El 29 de agosto los alumnos de Oriente entregaban en el campus, pero faltaba algo: la presencia del rector. “Él me dijo que tenía una reunión Lunes y Martes (haciendo alusión al 29 de agosto) con decanos de otras universidades internacionales y entonces que no podía asistir”, comenta Ruiz. La ausencia del rector no fue recibida con agrado entre los estudiantes de Oriente, ya que es esperaban que él fuese quién recibiese el campus “Uf!, fue difícil porque la gente esperaba que viniese él a recibir campus Oriente, como autoridad máxima de la universidad y se suponía que iba venir él, pero no quiso venir o más bien no pudo venir, pero está bien, esa fue la decisión de cúpula de poder de la universidad”, comenta Jorge.

Una vez entregado el campus, poco a poco retomó la normalidad. Sus estudiantes preocupados por rendir el primer semestre, pero también pendientes del trabajo triestamental que consistía en mesas de trabajos unificadas donde compartían alumnos y profesores respecto a la situación conflictiva que vive nuestro país en ámbito de educación. “Tenemos el trato de parar media jornada a la semana y tenemos derecho a asistir a todas las movilizaciones y eso un trato conversado”, dice Ruiz.

Con recalendarización anual en mano, los estudiantes de Artes, Teatro, Música y Estética seguirán movilizados, pero ahora con clases para no tener problemas con notas y aseguran que seguirán trabajando para generar propuestas concretas que serán entregadas en documentos con el objetivo de solucionar el conflicto estudiantil y también ver lo qué está ocurriendo en nuestra universidad. Las movilizaciones continuarán en Oriente al igual que el país que lleva 4 meses mostrando su descontento. Esto demuestra que también llegó el malestar a una universidad emblemática, llamada generalmente como Indiferente.

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