A pesar de que la participación política en la Universidad Católica es alta, resulta innegable la presencia de cierta indiferencia por parte de una porción del alumnado que se cuestiona constantemente la relevancia y la razón de ser de esta suerte de “política chica”. Y bueno, si algo ha quedado impregnado en la sociedad es que las brechas entre aquello que conocíamos como “alta política” o quienes lisa y llanamente dirigen la toma de decisiones a nivel país, y la “política chica” entendida como federaciones de estudiantes, centro de alumnos, asociaciones de estudiantes secundarios, etc.; se ha reducido considerablemente.
Ninguna persona expuesta a la contingencia y con cierto grado de conocimiento podría llegar a sostener una hipótesis vinculada a la indiferencia para con la política universitaria. Si algo ha quedado demostrado es que la política universitaria importa, en la medida que se constituye en un actor que participa en el ámbito de las políticas públicas, ya sea como actor de veto, como actor propositivo, como líder de una corriente social revisionista del sistema o simplemente como una asociación intermedia que vela por la defensa de sus intereses, como es en este caso la causa de un modelo educacional más justo y de calidad para todos.
Por lo tanto, no resultaría extraño que este año muchos ojos ajenos a la política universitaria centren su mirada en ella – tanto a nivel gobierno como oposición - puesto que no es poco lo que está en juego. Lo anterior siempre implica un riesgo en términos de la deseable autonomía de los procesos políticos universitarios.
A nivel de FEUC las próximas elecciones esclarecerán la reacción de un electorado que confió en un proyecto de centro izquierda pero que este año se ha visto expuesto - de manera vivencial y no discursiva - a los eventuales costos y beneficios de dicha apuesta. La discusión, en este sentido, no solo se desarrollará en torno a una evaluación de las formas con las que ha operado el movimiento universitario, sino que también, en torno al fondo de muchas de estas propuestas.
El escenario es óptimo para una elección colmada de ideas y proyectos ambiciosos, pero es evidente que el electorado también exigirá cierto grado de prudencia y sensatez después de un año tan agitado del cual todos hemos sido testigos.
Estudiante de Ciencia Política
Practicante Instituto Libertad y Desarrollo
Esta es la voz de aquellos que prefieren el "status quo" por el ser más cómodo y pacífico para nuestras vidas, desechando el costo, que por omición,acarrea el no resolver los problemas que aquejan a la mayoría.
ResponderEliminarTú lo has dicho. La excelente gestión de esta FEUC, que por fin ha posicionado a la UC como un actor relevante en favor de la sociedad chilena (y sobre todo de los más desfavorecidos), seguro nos llevará a todos los que votamos por ella a votar con aún más convicción por ese "proyecto de centro-izquierda" en noviembre próximo.
ResponderEliminarComo describe Jorge en su columna: El electorado verá en lo que confie y mucho más ahora que la FeUC se volvió un referente a nivel nacional, superando con creces las expectativas que nos presentaba otra lista...
ResponderEliminar¿Qué hubiera sido de la FeUC si se guiara por un "Partamos por casa"?
(Viendo el lema de campaña "Partamos por casa" como un "olvidemos la realidad chilena que nos intranquiliza y nos saca de nuestro cómodo diario vivir").
El problema de nuestra universidad es sin duda este "como diario vivir" que se menciona, y yo veo el "partamos por casa" como una propuesta de reformar nuestra conciencia misma, actuar sobre esta pequeña pero no menos importante masa de indiferencia que ha mostrado su efecto durante el reciente conflicto estudiantil. Sin apoyar la campaña citada, creo que no es mala idea partir por casa. Hoy en día no me siento representado por ninguno de los dos movimientos más votados, y espero poder informarme de propuestas nuevas, que no sólo incluyan la posición país de la UC, sino una reforma a la mentalidad de nuestros compañeros de aulas, un cambio en esta pequeña indiferencia que pone a la UC como un actor menos inserto en el diálogo. si, Giorgio está en la Confech y es una voz importante, ¿pero el estudiante promedio de la UC dentro de la realidad pais?. Faltan iniciativas puras, alejadas de clima político... tengo fe en que estas elecciones van a llevar a la UC por un nuevo camino de política universitaria, y votaré por quien vea comprometido con la UC en sí, más que con la posición pais.
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